sábado, 11 de octubre de 2014

RECUERDOS DE LLUVIA

 Con los pasos pesados de elefante y la mirada de hormiga. La sangre envenenada. Un día, no recuerdo ya cuando, me olvidé de ti. Besos y caricias sin desvelos, solo pan. Mañanas de invierno sin abrigo, cartera sin lapiceros ni libros. Todas están a la salida, con los rostros sonrientes plagados de preguntas, los paraguas de colores abiertos de par en par al igual que los brazos , porque es septiembre y llueve... mas tú no estás. Volver saltando los sucios charcos, tarareando mi canción, distrayéndome con un gato que huye de la patada de un niño, con las semillas que algunos árboles han perdido. Sonreír... sin ser consciente de la madre sin cuna, sin añorar lo que nunca se ha tenido, sustituyéndote y reeemplazando.

El cabello largo que jamás has desenredado, una cola orgullosa bailando en lo alto. Mis ojos de niña empezaron a dejar de buscarte en el espejo, a no contar contigo. El cuarto que comparto es alegre, pocas cosas de mi, poco espacio. Estiro las sábanas en la litera de puntillas, aupándome, para que no quede ningún pliegue. Dias de suelo y calle, de rodillas y codos adornados con heridas, carreras de caracoles. Mi corazón filtró cualquier rencor, ya no queda ni el más leve ápice de resentimiento dentro. Apuntalo los recuerdos, parte de mi son y no renuncio a ellos.

Un día, no recuerdo ya cuando, me olvidé de ti. Con mis mismos ojos verdosos, pero dormidos, me miraste pensativa. Hoy yo te perdono...y eso que hoy ya tengo la certeza, de que fue más tu personalidad que tu locura... lo que no te dejó amarme bien.